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Testimonio: Una pareja de mujeres, madres en Inebir

Una pareja de mujeres que querían cumplir su deseo de ser madre y que decidieron confiar en nosotros comparte aquí su testimonio con nosotros. Son ya muchas las parejas de chicas que han confiado en Inebir. Y como muestra, su historia, ¡gracias por compartirla!

Nosotras llevábamos ya unos cuantos de años planteándonos la posibilidad de ser “mamás” sin embargo, no nos decidíamos a acudir a ninguna clínica. Un día nos dimos cuenta de que nuestras posibilidades de conseguir tener un hijo disminuían cada vez que postponíamos nuestra decisión de hacerlo. Así que tras confrontar diversas opiniones de personas allegadas que habían tenido que recurrir a este tipo de tratamiento en diversas clínicas, en Inebir, nos pareció que era la que mostraba más profesionalidad y sobre todo la que practicaba un trato más cercano y humano hacia las parejas.

Y así fue como sin darnos cuenta una mañana de finales del años 2011 nos plantamos en la clínica, aunque diversas circunstancias nos llevaron a retrasar nuestra aventura dos años más y fue finalmente a mediados de 2013 cuando empezamos un viaje muy largo que nos llevó hasta el día de hoy.

Como hemos dicho, nuestra primera visita fue una toma de contacto donde no nos dio tiempo a plantearnos nada, pero cuando volvimos, ya repuestas, y con la firme intención de realizar un tratamiento de fertilidad sentimos una mezcla de sentimientos extraños, por un lado mucho miedo y por otro mucha ilusión y muchas ganas de empezar un camino que ya nos avisaron, sería largo en el tiempo pero que con paciencia llegaría muy probablemente a buen término.

Cuando salimos de la clínica fue tal la cantidad de información que tuvimos que procesar que durante varios días releímos los diferentes métodos que podríamos utilizar y finalmente fuimos asimilando la información.

El tratamiento quizás fue la parte más dura de todo el proceso porque sabes cuando empiezas pero por muchas “cuentas que eches, nuestro bebe nacerá en este mes, o en este otro”, nunca sabes cuando va a terminar y puede llegar a hacerse bastante largo.

En nuestro caso, tras valorar las diferentes opciones optamos por realizar una Fecundación In Vitro y aunque eso te parece algo muy conocido, no tienes ni idea de cómo es hasta que te ves de lleno en ello. Parece mentira pero pese a que piensas que esto nunca lo vas a olvidar es sorprendente como la mente desecha rápidamente los momentos difíciles y se queda solo con lo bueno, por eso creemos recordar que el primer paso para llevar a cabo la fecundación consistió en la toma de la píldora anticonceptiva durante un tiempo determinado y ello llevó agregado unas visitas continuadas a la clínica para controlar que todo iba dentro de los niveles establecidos. Estas visitas nos producían una mezcla de ilusión y angustia a la vez. Ilusión porque la primera vez que haces un control esperas tener muchos folículos, y angustia porque a lo largo de los controles vas viendo como de esos folículos sólo has conseguido unos cuantos, de los cuales unos pocos han seguido hacia delante y son los únicos que tienes para lograr quedarte embarazada, así que esa sensación puede llegar a ser asfixiante aunque después confías enormemente en lo que hay y te llenas otra vez de una ilusión difícil de describir.

Sin embargo, a veces las cosas no salen como esperamos y nosotras no tuvimos suerte en el primer intento, así que nos sentimos inmensamente tristes, fueron unas semanas difíciles hasta conseguir asimilar no solo el “golpe” sino también la información que el doctor nos transmitió cuando fuimos para ver por qué no habíamos conseguido el positivo. Si difícil fue una cosa más difícil aún cuando te dicen que lo mejor es ir pensando en otros métodos porque el elegido difícilmente dará buenos resultados, sentimos que el mundo se nos venía encima porque biológicamente ya no tendríamos un hijo propio. Asimilar esa información, procesarla y poner en orden nuestra cabeza y nuestros sentimientos nos llevo un tiempo, ese del que sabíamos que no podíamos disponer demasiado y que nos acechaba otra vez. Así que tras madurarlo y poner en la balanza muchos pros y contras nosotras entendimos que era la mejor opción, porque al fin y al cabo lo único que deseábamos era ser “madres”, la forma era lo de menos pues el fin era el mismo: tener a nuestro bebé, y sin duda tomamos la decisión más importante y acertada de nuestra vida.

Una vez decidido, los siguientes pasos fueron sencillos porque ahora la mayor labor le correspondía al equipo de Inebir, quienes tenían que buscar una donante y nosotras solo nos quedaba esperar.

Esa primera donante no tardó demasiado en aparecer y desde Inebir se pusieron en contacto con nosotras para comunicarnos la noticia y cada día para informarnos sobre el desarrollo de los folículos. Pero como aquí todo puede cambiar en cuestión de días e incluso de horas cuando llegó el momento de realizar la transferencia, justo cuando estábamos a punto de cruzar las puertas de Inebir ocurrió lo que nunca pensábamos, nos comunicaban que se cancelaba la transferencia porque los embriones no habían evolucionado, se habían parado sin más. Imaginaros como nos sentimos, difícilmente podíamos creerlo, pareciera que todo el universo conspiraba contra nuestro deseo más anhelado y de nuevo un sentimiento de tristeza y de angustia nos invadió.

Pero nosotras no estábamos por la labor de rendirnos, aquí las palabras de ánimo y el deseo compartido hicieron posible lo imposible y entre las dos afrontamos otro mes largo de espera hasta que apareció otra donante. Y esta vez nada podía fallar, llegó el día de la transferencia y justo después de hacerla, esperando rigurosamente en la habitación, cogimos nuestras manos y al ponerlas sobre el vientre sentimos una energía que nos hizo pensar en una nueva vida.

Nuestra experiencia con el equipo de Inebir ha sido muy buena, destacamos el trato que tienen hacia las personas que acudimos a la clínica que en ocasiones llegamos llenas de incertidumbre y de desconocimiento y tan sólo sabemos que queremos tener familia. En este sentido, el equipo siempre está disponible cualquier día a cualquier hora y te ofrecen una profesionalidad que te genera confianza.

Nosotros tuvimos que someternos a multitud de analíticas para comprobar que todo iba bien, eso nos hizo pensar que el proceso estaba siempre controlado y que si algo no iba bien no se iba a forzar la situación, mejor esperar, prepararse de nuevo y volver a empezar. Ahí comprobamos la calidad del equipo de Inebir que siempre veló por nuestros intereses, primando lo personal ante lo económico.

Por tanto, solo tenemos palabras de agradecimiento por el trato recibido por parte de todo el personal, por su humanidad y apoyo en un proceso largo, difícil y en nuestro caso exitoso.

Foto: Kalle Gustafsson
Foto: Kalle Gustafsson

El consejo que les daríamos a las mujeres que estén pensando en acudir a una clínica de fertilidad básicamente sería que se asesoren bien por distintos expertos, para así, poder comparar y darse cuenta que en Inebir están los mejores profesionales y no tendrán ninguna duda de a dónde acudir. Nosotras siempre recomendamos esta clínica.

A las pacientes que estén en tratamiento decirles que están en las mejores manos, que solo es cuestión de tiempo y que nunca, nunca se cierren la puerta hacia nuevos tratamientos, que se liberen de prejuicios innecesarios que las priven de alcanzar la experiencia más hermosa de la vida: SER MADRES.

Un comentario

  1. Hola Buenas tardes a todas, soy nueva en el foro, posiblemente me tenga que someter a un tratamiento de ovodonación, para las que ya lo habéis pasado, cuanto puede salir en total mas o menos, y que os ha ayudado a llevarlo mejor psicológicamente, por último una pregunta, me he quedado con varios medicamentos, con cajas prácticamente enteras, etc, por aquí se suele vender más barato esos medicamentos, o eso no se suele hacer, pq la verdad que creo que es un bien mutuo, yo cojo algo de dinero y a la otra persona le sale más barato, espero vuestra orientación chicas, muchas gracias a todos. Saludos y a seguir adelante.

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