María, paciente de Inebir
Hoy contamos con el testimonio de una de nuestras pacientes, que ha querido compartir con nosotros su experiencia con los doctores y el personal sanitario de Inebir.
María, paciente de Inebir. tiene 41 años y un hijo de cuatro años, que nació tras su primer FIV en nuestra clínica.
Le agradecemos que haya compartido su experiencia con todos nosotros.
¿Por qué tuviste que recurrir a una clínica de Fertilidad?
Pues casi de casualidad: Cuando me enteré que se podían preservar óvulos para el futuro, y viendo que tenía cierta edad (36 años) me dirigí a informarme. En el primer sitio, me dijeron que con mi edad ese tratamiento era inviable (me respondieron por teléfono). En la segunda clínica, sin preguntar ni analizar mi caso apenas, me hicieron una extracción y sólo pudieron obtener 7 óvulos. Mi sorpresa fue muy grande puesto que no sabía que podría tener problemas. Me hicieron un diagnóstico que me tumbó anímicamente y me dejó sorprendida.
Por recomendación de una amiga, acudí al Doctor Navarro y su equipo y empezaron de otra forma: Lo primero que hicieron fue estudiar mi caso al detalle y descubrir qué problema podría tener. Desde luego, nada que ver con ese primer diagnóstico, que estaba equivocado y mucho más profundo para hacerle un seguimiento de cara al futuro.
Me puse en sus manos y en el primer tratamiento de FIV conseguí el embarazo. Esto fue hace ya cuatro años y estaré siempre agradecida por aquella recomendación de mi amiga.
¿Cuál ha sido tu experiencia con el equipo?
Totalmente satisfactoria. Inmejorable. A mi y a mi marido nos informaron de todo en todo momento y nos hicieron sentir que estábamos juntos y en el mismo equipo en todo momento. No éramos unos pacientes, estábamos todos en el mismo barco.
Es más, para nosotros no sois sólo un ejemplo que poder comparar con otras clínicas de fertilidad, que como has visto, tuvimos experiencia con dos previas. La dignidad con la que se trata al paciente y el cuidado que se pone en el caso concreto y la escucha activa que tenéis todos, desde las auxiliares de clínica hasta la dirección de la misma, es un ejemplo para mi de cómo deberían trabajarse en general en la sanidad.
¿Algo que quieras compartir con nosotros?
Hay momentos imborrables para mi: El día que acudí a la extracción, en el quirófano, el doctor me explicó al detalle una vez más la intervención y su apoyo fue fundamental para ir tranquila.
Cuando la doctora que nos atendió nos confirmó el embarazo, estoy segura que se alegró tanto como nosotros, por los saltos y abrazos que nos dio a los dos.
Y el día que la técnico del laboratorio me acompañó a recoger los otros óvulos preservados que tenía en la otra clínica, me llamó la atención la meticulosidad con que vosotros hacéis este trabajo frente a la desidia y el poco interés por el paciente que ofrecieron en el otro centro, donde ni siquiera nos iban a aportar un informe sobre lo que nos llevábamos ¡y eran unos óvulos llenos de vida! Demostraron que les preocupaba más hacer caja que la vida que había en esos óvulos.
¿Recomendarías Inebir a otras personas que tengan la misma patología que tú? ¿Por qué?
Si, ¡no paro de recomendarlo! Además, intento aportar todos los detalles precisos y animo mucho a realizar una primera visita porque verán más clara su situación, se quedarán más tranquilas y elijan o no la Clínica, se que avanzarán más en su tratamiento y en su actitud ante su problemática concreta. Y me consta que por aquí ya han pasado más de una y de dos personas y han podido quedarse embarazadas.
¿Qué consejo o recomendación el darías a mujeres que se encuentren en tu situación?
Es difícil pero que intenten tener perspectiva. Si te centras en tu patología y en lo que pasa por tu cabeza en el momento concreto, es difícil salir y sacar optimismo en muchas ocasiones.
También que se apoyen en las personas de su familia y su entorno que le puedan dar confianza.
Y que busquen, se informen y disfruten de todo lo que a día de hoy nos aporta la vida y la tecnología. Que se ha aliado para que muchas, poniéndonos en manos de doctores como los que trabajan en Inebir, podamos parir y traer niños al mundo. Hace tan solo diez o quince años por ejemplo, posiblemente no habría podido tener un hijo.
Y que hay más opciones, si los hijos no llegan: Siempre hay oportunidades si se miran las cosas con optimismo y ganas de encontrarles solución. Es algo que también me transmitió el personal de Inebir.